El área protegida que está en riesgo por el avance de proyectos inmobiliarios en Chicureo y La Dehes
La existencia de fauna y flora endémica junto al rol que cumple el corredor biológico presente en el lugar, hacen de dicha zona un territorio que debe mantenerse fuera de la intervención humana para favorecer la conservación y el desarrollo de las especies.
El proyecto de Estrategia Regional para la Conservación de la Biodiversidad (2015-2025) vigente en la actualidad y del cual participaron diversos actores –invitados por la Seremi de Medio Ambiente– reconoce que la diversidad biológica es un patrimonio que forma parte de la identidad territorial y contribuye al desarrollo sustentable y la competitividad de la Región Metropolitana de Santiago, mediante sus bienes y servicios ecosistémicos.
En esa línea, reza el documento, “el desafío regional es que la biodiversidad se integre al desarrollo, instalándose como fuente de oportunidades y de bienestar de sus habitantes y que además, sea eficaz en el resguardo del patrimonio en ambientes naturales, urbanos, rurales y productivos, todo lo anterior bajo la condición que estamos en un territorio con una intensa presión humana y caracterizado por el alto endemismo de ecosistemas y especies”.
Una situación a tener en cuenta en el futuro del desarrollo de los proyectos inmobiliarios que pretenden instalarse en las áreas de preservación ecológica de Chicureo y La Dehesa -en las comunas de Colina y Lo Barnechea, respectivamente- que ha cubierto INTERFERENCIA en las últimas semanas, al tratarse de zonas consideradas fuera del Plan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS) por estar por sobre la cota mil, donde la legislación indica que no se deben subdividir predios ni edificar construcciones.
El seremi de Medio Ambiente para la Región Metropolitana, Diego Riveaux, explicó a INTERFERENCIA la importancia tanto del corredor biológico presente en Lo Barnechea y Colina como de llevar a cabo el proyecto de Estrategia Regional. “La Estrategia Regional para la Conservación de la Biodiversidad de la Región Metropolitana busca asegurar la supervivencia en el largo plazo de la biodiversidad representativa de los ecosistemas, especies y genes de la región”, explica.
En cuanto a los Corredores Biológicos, como el presente en la zona de Lo Barnechea y Colina en que se están desarrollando proyectos inmobiliarios irregulares denunciados por este medio, Riveaux asegura que dichos corredores emplazados en sitios de preservación prioritaria “facilitan la conectividad entre los fragmentos de vegetación que conforman los ecosistemas y mejoran la probabilidad de permanencia de aquellas especies con problemas de conservación y de ecosistemas vulnerables y singulares de la región”.
Este sitio, según el seremi, es rico en formaciones vegetacionales de Bosque Esclerófilo Andino y de Matorral Espinoso de las Serranías. Además, cuenta con una amplia variedad de reptiles y otras especies de vertebrados, todos elementos de un hábitat que por su por su “condición ecosistémica mediterránea deben ser protegidos, especialmente porque al ser un área muy cercana a la ciudad está fuertemente amenazada por la intervención humana”.
Riveaux agrega que, entre los beneficios que otorga esta flora y fauna presente en el área de preservación están la provisión de agua, purificación del aire, formación de suelos, polinización, recreación y sustento de la biodiversidad.
Considerando la importancia del corredor biológico presente en Lo Barnechea-Colina y de las áreas de preservación en general, el seremi asegura que el Ministerio de Medio Ambiente, alineado con la Estrategia Regional RM, se encuentra levantando proyectos enfocados en fortalecer el desarrollo de iniciativas público privadas que permitan la conservación de la biodiversidad, poniendo énfasis en la realización de proyectos pilotos de preservación de hábitat y especies, además de la incorporación de buenas prácticas productivas en el territorio.
De acuerdo a científicos y expertos en flora y fauna nativa, las iniciativas descritas por el seremi de Medio Ambiente, Diego Riveaux -fundamentales para la preservación de los corredores biológicos de la región- parecieran no alinearse con los 4 megaproyectos inmobiliarios que buscan realizarse en la zona de Lo Barnechea y Colina, dentro de un área de preservación que, con sus bosques esclerófilos y corredores biológicos, está lejos de ser un elemento descartable para el balance del ecosistema.
Bosque esclerófilo y corredores biológicos
El proyecto GEF Montaña “Protegiendo los Corredores Biológicos de Montaña” busca, como lo dice su nombre, cuidar y preservar estas herramientas de preservación medioambiental. Los Bosques Esclerófilos son también parte importante del ecosistema que la organización busca proteger dadu su importancia y escasez a nivel mundial.
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“El bosque esclerófilo es un tipo de bosque que se presenta en muy pocas zonas del mundo (Sudáfrica, California, Australia, la cuenca del Mediterráneo y Chile Central)”, explican en su página web. Los cinco lugares donde se pueden encontrar bosques de este tipo comparten un clima con inviernos lluviosos y veranos secos, presentándose condiciones semi áridas. Son capaces de soportar “prolongados períodos de sequía y fuertes diferencias de temperaturas entre el día y la noche cuando están ubicados al interior del continente”, mientras que más cerca de la costa resisten diferencias moderadas de temperatura.
A pesar de su carácter resistente, los bosques esclerófilos se están viendo fuertemente amenazados tanto por la crisis climática como por la avanzada del desarrollo urbano. El perderlos implica, según el proyecto GEF Montaña, dejar de contar con un bosque “fundamental para el desarrollo de la vida del sector en que se encuentre”. Su flora sirve, además de hábitat para la fauna local, como “protección natural a rodadas y aluviones, detiene el avance de la desertificación hacia el sur del país y retiene y acumula agua de las montañas”.
Tanto la capacidad de retención de agua como la entrega de seguridad de suelo por parte del bosque son características resaltadas por el investigador de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de Concepción, Darío Moreira. “Si tú cortas ese matorral [presente en la zona], pierdes retención de suelo”, explica, cuestión de gran importancia para cuando vienen épocas lluviosas, ya que esa flora afirma el suelo y permite que no se vaya cerro abajo, provocando aluviones. “Tu sacas esa vegetación y estás dejando de percibir un beneficio que en este caso se traduce en seguridad a través del soporte de suelo”.
Respecto al beneficio hídrico del bosque, Moreira indica que el aporte de los bosques esclerófilos estaría en la recopilación de agua a través de napas subterráneas. “Evitan que llegue al suelo de manera directa, evitando aumentar la erosión y pasando a acumularse bajo tierra”, asegura.
Especies en riesgo
La biodiversidad de la zona, a pesar de encontrarse cerca del límite urbano y la presencia del hombre, es importante. Gonzalo Prieto, uno de los vecinos de Colina denunciantes del impacto de los proyectos inmobiliarios en el área protegida -y fundador de Patagonia Sin Represas-, ha dedicado largas jornadas a conocer la flora y fauna presente en el lugar.
“Este lugar está contenido dentro de los 35 lugares más importantes para conservar, definido como un hotspot biológico”, indica, con alta presencia de especies endémicas. “Este bosque, que está sólo en esta zona, tiene cerca del 25% de toda la flora chilena, donde además se concentran 91 especies endémicas”.
Dentro de la flora presente, Gonzalo Prieto explica que se pueden encontrar Espinos nativos, importantes para el anidamiento de pájaros; Chagual, Litre, Quisco y Boyén, especies completamente endémicas de la zona; Quillay, el árbol más grande presente en este ecosistema y muchos otros árboles, matorrales y plantas.
De acuerdo con Prieto -un ávido rastreador de pumas-, en esta zona pueden encontrarse huellas del mayor depredador del país, así como también pueden identificarse “condoreras” (nidos de cóndores) en el lugar, lo que implica la presencia del ave de mayor envergadura dentro del ecosistema nacional.
Incluso, el fundador de Patagonia Sin Represas ha denunciado mediante sus redes sociales la existencia de una “condorera” ubicada en medio de dos de los cuatro proyectos inmobiliarios emplazados en la zona protegida.
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“Acá no estamos hablando de bosques en que hay un árbol por aquí y otro por allá, no. Es una ladera tupida, diversa”, asegura. En su opinión, cualquier desarrollo inmobiliario en el lugar traerá impactos sumamente negativos en la zona, traduciéndose en la tala importante de árboles y el ahuyentamiento de animales y consecuente reducción de su territorio.
“Ellos lo venden como un proyecto ecológico y yo no puedo entender cual es la parte ecológica”, cuestiona Prieto, algo que él mismo consultó a gente relacionada a los proyectos. Le contestaron que esto se sostenía por la supuesta creación de anillos de protección hacia el bosque, los cuales impedían que la gente pudiese entrar a estos. “Con carreteras de doble vía de 1.400 metros de altura, con construcciones de cientos de casas, no existe ninguna posibilidad de que se transforme en un proyecto ecológico, y ni hablar de cómo se van a afectar todas las especies animales del lugar”, puntualiza.
La justificación de la avanzada inmobiliaria a áreas de preservación ecológica es, para Prieto, muy simple: “A partir de formas administrativas buscan ampliar el límite urbano a una zona de alta biodiversidad”, transformando un área de preservación biológica en una comercial. “Imagina la plusvalía que puedes llegar a tener”.
Fuente: Interferencia