La Certificación WELL en los espacios de trabajo eleva su demanda y el bienestar de los empleados
En el mundo empresarial, la prioridad del bienestar de los empleados se ha convertido en una estrategia esencial para las organizaciones que desean mantenerse competitivas y atraer talento. En este contexto, la certificación WELL ha emergido como un estándar de excelencia en la industria inmobiliaria, sirviendo de guía para propietarios, inquilinos y empresas en la creación de entornos laborales saludables y sostenibles. Esta certificación está acorde con lo que señala la OMS: “la salud es un estado de bienestar físico, mental y social completo y no simplemente la ausencia de enfermedad.”
Este criterio debe ser considerado por los constructores de edificios de oficinas y por quienes están en el negocio inmobiliario para ir transformando los espacios para renta y venta en ambientes más saludables y cómodos para quienes trabajan ellos. Primordialmente, tras la pandemia se han ido generando nuevas especificaciones que permiten responder a la demanda de los arrendatarios y los ocupantes de las áreas corporativas respecto a la sustentabilidad y la introducción de medidas que apoyen la salud física y emocional de los trabajadores. Hoy día, las nuevas generaciones de empresarios buscan rentar o comprar oficinas más acordes con la protección del ambiente, la disminución del gasto energético y el bienestar del personal.
El mayor activo de una compañía es su capital humano, y la certificación WELL reconoce este principio al enfocarse en la salud y el bienestar de los ocupantes de los espacios. Proporcionar un entorno que promueva el bienestar no solo ayuda a reducir riesgos de salud, sino que también maximiza la productividad y el compromiso de los colaboradores. Esta certificación actúa como un poderoso imán para atraer y retener clientes importantes y empleados talentosos, fortaleciendo la reputación y competitividad de la organización en el mercado.
Para obtener la certificación WELL, las organizaciones deben implementar estrategias diseñadas para promover el bienestar en el entorno laboral. Estas estrategias se dividen en dos categorías: precondiciones y optimizaciones. Las precondiciones son criterios obligatorios que deben cumplirse para garantizar la salud y el bienestar de los ocupantes del espacio, mientras que las optimizaciones son estrategias opcionales que otorgan puntos adicionales hacia la certificación.
Las precondiciones incluyen aspectos fundamentales como la calidad del aire, agua, luz, nutrición, confort térmico, acústica y el uso de materiales saludables. Cumplir con estas precondiciones es indispensable para obtener la certificación WELL. Las optimizaciones, por otro lado, permiten a las organizaciones mejorar su puntuación o alcanzar la puntuación mínima requerida para la certificación. Incluyen iniciativas como la implementación de políticas de bienestar en la empresa, programas de actividad física, cuidado de la salud mental y participación comunitaria.
Cuando se logra obtener una certificación WELL, esta tiene una vigencia de tres años, después de los cuales los proyectos deben recertificarse para mantener el estándar de calidad. Es crucial continuar con prácticas que promuevan el bienestar de los ocupantes, como monitorear la calidad del aire y del agua, y compartir los datos relevantes en la plataforma en línea de WELL. Esto asegura que el proyecto siga comprometido con el bienestar de las personas y mantenga la calidad del ambiente durante todo el periodo de certificación.
La obtención de la certificación WELL es solo el comienzo de un viaje hacia la excelencia en el bienestar laboral. Para mantenerse a la vanguardia, las organizaciones deben comprometerse con la innovación y la mejora continua. Además de los beneficios intangibles asociados con el bienestar y la productividad de los empleados, la certificación WELL también puede tener impactos tangibles en los resultados financieros de una empresa. Reducir los costos asociados con el ausentismo laboral y la rotación de personal, así como mejorar la eficiencia operativa y la retención de clientes, puede generar un retorno de inversión significativo a largo plazo.
Adoptar estrategias efectivas y comprometerse con el mantenimiento continuo de los estándares de bienestar permite a las empresas alcanzar nuevos niveles de éxito y prosperidad en el mercado actual. La certificación WELL no solo impulsa el bienestar de los ocupantes del espacio, sino que también tiene un impacto positivo en la reputación y la imagen de la organización, atrayendo a clientes, inversores y talento clave.
La certificación WELL ofrece una oportunidad única para transformar los espacios de trabajo en entornos que promuevan la salud, el bienestar y la productividad de los empleados. Al implementar estas estrategias, las empresas no solo mejoran la calidad de vida de sus empleados, sino que también fortalecen su posición en el mercado y aseguran un crecimiento sostenible y exitoso en el futuro.